Barriga llena, Planeta contento.


La producción de alimentos tiene diversos grados de impacto en el medio ambiente según el tipo de alimento, desde la adquisición de la materia prima, la producción, la distribución e incluso cuando se desecha. Pero los costos ambientales de los alimentos especialmente procesados ​​son mucho más altos que los alimentos naturales o frescos, que también se consideran más saludables. Seguir una dieta saludable no solo ayuda a cuidar el corazón y mantener sano al individuo, sino que también contribuye al cuidado del medio ambiente. La reducción del consumo de carnes y el aumento de ingesta de frutas, legumbres y vegetales podría disminuir hasta un 35% de la huella hídrica. Una dieta que no sea alta en consumo de grasa animal ayuda a eliminar colesterol malo y estabiliza el IMC, que a su vez genera un mayor impacto positivo en el cuidado medioambiental ya que disminuye hasta un 55% del gasto de agua que utiliza el alimento para llegar al plato (San Martin, 2018).

El gasto de agua diario en relación a lo que come un ciudadano es de 2.500-4.000 litros, el cual puede ser disminuido siguiendo aquella dieta. Es importante recalcar que no es recomendado obviar un alimento por completo, aunque el consumo de proteína animal en exceso no es bueno ni para uno mismo, ni el planeta; su reducción así sea en un porcentaje mínimo puede recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 25% derivados de su alimentación.

La mejor manera de escoger una dieta saludable y sostenible es optar por productos locales que sean de temporada preferiblemente ecológicos, evitar envasados (por los desechos que generan), alimentos frescos, y la disminución del consumo de carnes. Al consumir mas vegetales se producen menos emisiones de dióxido de carbono ya que las plantas requieren menos agua, tierra y energía. Cuando se escogen menos alimentos procesados se reduce el consumo de recursos en su producción ya que incluye envases y embalajes para poder distribuir sus alimentos a granel. Un kilo de carne es equivalente a liberar 5 kilos de dióxido de carbono a la atmosfera, mientras una papa emite 0.2 kilos, esto indica que el impacto será bastante relevante.

Una investigación realizada por el IICAN en Guadalajara indico la relacion directa que tienen las dietas con exceso de calorías (hipercalóricas) y una huella hídrica alta, mostrando así que la obesidad abdominal por grasa visceral conlleva un riesgo de hasta 4,77 veces mayor de superar la huella hídrica que una dieta saludable. Mariana Lares-Michel maestra investigadora, menciona que adherirse a una dieta saludable puede ayudar a promover la salud publica al reducir el impacto ambiental y las tasas de obesidad (Gloria Piña, 2022).


Bibliografía

·         San Martín, E. (2018, 12 octubre). Cómo comer bien y salvar el planeta. Consumer. https://www.consumer.es/medio-ambiente/como-comer-bien-y-salvar-el-planeta.html

·         Gloria Piña, A. (2022, 11 septiembre). Conoce por qué la mala alimentación afecta al medio ambiente. Alianza Alimentaria. https://alianzaalimentaria.org/blog/conoce-por-que-la-mala-alimentacion-afecta-al-medio-ambiente

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